Ubicación del Museo Parroquial de Tapices. La apariencia sencilla y sobria del exterior de este gran edificio no tiene nada que ver con la grandiosidad y esplendor de su interior.
En el siglo XIII, bajo el patrocinio de la Orden de Calatrava se construyó de manera sencilla una primera iglesia de estilo románico de repoblación en el espacio que hoy ocupa el coro. En los siguientes siglos había varias ampliaciones y transformaciones de estilo:
• En el siglo XIV, la iglesia se amplió de una a tres naves y, por necesidades de vigilancia y defensa, se convirtió la espadaña en una torre almenada.
• En la reforma de finales del XV, se realizó una sobreelevación de la nave central para dar más luz al edificio.
• En la primera mitad del siglo XVI, acorde con el engrandecimiento y progreso de la villa, el concejo hizo una gran reforma de la iglesia respondiendo al estilo gótico. La portada principal con arco conopial y las dos pilastras a ambos lados, rematadas por pináculos y florones, son ejemplos de este estilo y época.
El grado de colegiata fue dado a petición de los príncipes de Éboli por el papa Pı́o V en 1569. Sin embargo, fue su hijo, fray Pedro González de Mendoza, quien consiguió poner en marcha las obras para convertir una iglesia parroquial en una gran colegiata. Las obras se demoraron durante trece años (1626-1639) y fueron supervisadas en todo momento por el arzobispo Fray Pedro hasta su fallecimiento en 1639. Incluyeron la construcción de un panteón para la familia ducal situado bajo el altar mayor, y cuando el panteón de los duques del Infantado en Guadalajara fue destruido en 1808, trajeron sus restos a Pastrana junto a las seis urnas de piedra rosa que los contenı́an.
En el interior de la colegiata destaca el retablo del altar mayor, de 1637, pintado por Matı́as Jimeno. El cuadro central de san Francisco de Ası́s, está rodeado por diez lienzos representando santas, vı́rgenes y mártires, al gusto manierista. La gran joya de este retablo es una pintura sobre alabastro de Nuestra Sra. de la Asunción, patrona de la parroquia, original del pintor francés Jacques Stella. Fue regalo del papa Urbano VIII al III Duque de Pastrana.
El magnífico órgano barroco de la Colegiata fue construido en 1703 por Domingo de Mendoza, maestro organero de la Capilla Real de Felipe V. Gracias a una laboriosa restauración en junio de 1999, está en muy buen estado de conservación y sigue sonando hoy en dı́a.
El museo parroquial guarda la famosa colección de tapices tejidos en la ciudad belga de Tournai en el último cuarto del siglo XV, representando las hazañas africanas del rey Alfonso V de Portugal. Las salas del museo contienen una cantidad de obras de arte y objetos litúrgicos; entre otras destacan cuadros de Carreño de Miranda, Juan de Borgoña, objetos de santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, y tallas de Francisco Salcillo.