Agradecimientos a Borja Toledano Contreras por su gran ayuda y a Daniel Cano Cámara por sus fotos.

 

Muy pocos son los lugares en España que no vivan la Semana Santa con devoción y procesiones. Pastrana no rompe la regla pero por lo menos tres cosas hacen que nuestra Semana Santa sea única.

Jesús Nazareno y sus procesiones

En Pastrana hablar de Semana Santa sin hablar de Jesús Nazareno es como hablar de  la Villa sin hablar de la Princesa de Éboli. Es, sin duda, el paso de Semana Santa que despierta más devoción y más emociones.

Se encuentra en Pastrana desde mediados del siglo XVI en el convento de San José de las Franciscanas Concepcionistas. Se desconoce su autor.

Estrictamente hablando, Jesús Nazareno no es una talla sino un armazón originalmente de mimbre con una cabeza, unas manos de madera, una cruz y un pie. Va ricamente vestido de terciopelo morado con bordados y cordón de oro. Lleva una peluca de pelo verdadero lo que la confiere aún más humanidad.

El Cristo interviene en dos de las cuatro procesiones de Semana Santa: el Jueves Santo y el Viernes Santo de madrugada en el Viacrucis.

La procesión del Viernes Santo es la más singular. De madrugada a las 4.30 de la mañana sale el Nazareno, esta vez en el Viacrucis que se inicia en la iglesia. Abre la procesión la imagen de Jesús Nazareno seguido por un Cristo Crucificado. Al llegar a la cima del cerro, en el Calvario, evocación del monte Gólgota, después de una pausa, se emprende el camino de regreso pero esta vez abre la procesión el Cristo Crucifijo seguido del Nazareno. En la plaza de los Cuatro Caños, espera la Virgen del Regazo (piedad) que se unirá al resto de la procesión hasta el convento de San José, donde se dejarán los pasos del Nazareno y de la Virgen (lugar donde se guardan todo el año). De allí, volverá a salir la procesión pero esta vez con el paso del Santo Sepulcro hacia la iglesia.

“La fervorosa religiosidad creía y sigue creyendo que de esta imagen de Jesús Nazareno se reciben importantes dones y por tanto se pueden hacer “promesas” a cambio de la petición de una gracia. Esta promesas consisten en acompañar su imagen en el camino del cerro del Calvario (en Pastrana), rezando las estaciones del Viacrucis, normalmente con los pies descalzos”[1].

Curiosamente y en un pueblo de tradición de cofradías, ninguna hermandad administra a Jesús Nazareno. Es una serie de familias las que se organizan para llevar Cristo en las procesiones. No se sabe muy bien por qué fueron escogidas estas familias pero lo que sí se sabe es que llevan muchos años haciéndolo, “desde tiempo inmemorable”. Las familias se reparten, según años pares o nones, las distintas procesiones, la del jueves santo y la del calvario.

Antiguamente, las andas que llevaban al Nazareno tenían, cuatro “plazas” para 4 miembros de las diversas familias. Hoy en día, las nuevas andas ofrecen el doble de “plazas”, reservadas 4 para las familias y 4 para las personas interesadas, bajo petición. Los costaleros/penitentes llevan un hábito negro con cíngulo de esparto y rosario negro a la cintura, verdugo en la cabeza y los pies siempre descalzos.

 

Enlace de interés:

https://youtu.be/UAlP4ZKHGlw

[1]: Alegre Carvajal, E. (dir.), Damas de la Casa de Mendoza. Historias, leyendas y olvidos. Madrid: Polifeno, 2014, p 626

La procesión del Encuentro.

Una de las procesiones más curiosas de Pastrana es la procesión del Encuentro del domingo de resurrección. De la iglesia sale una imagen de la virgen vestida de luto con manto negro. Antaño, la acompañaban las mujeres y las muchachas del pueblo. La procesión pasa por la plaza de los Cuatro Caños hacia el arco de San Francisco, transita por la carretera hasta la calle Princesa de Éboli bajando a la plaza de la Hora. Mientras tanto, una imagen de Cristo Resucitado sale de la iglesia acompañada antiguamente exclusivamente por los hombres y muchachos y se dirige a la plaza de la Hora por la calle Mayor, delante del paso va un hombre que lleva una bandera negra con una cruz dorada.

Cuando los dos pasos se encuentran en frente de la fachada del palacio ducal, el portador de la bandera se arrodilla y la hace ondear tres veces delante de la Virgen como el saludo del hijo resucitado a su madre. Entonces, las mujeres quitan el manto negro de la Virgen y aparece un vestido resplandeciente de luz y de júbilo. Por fin reunidos, madre e hijos regresan, alegres, a la iglesia con la cometida de mujeres y hombres reunidos para asistir a la misa de Pascua.

El sonido de Semana Santa

La Banda de música de Pastrana y los tambores acompañan las procesiones dándoles un carácter muy solemne. Sin embargo, en Pastrana tenemos un sonido muy evocador de la Semana Santa y que perdura desde tiempos remotos: la matraca que aquí solemos llamar carraca.

Es un instrumento de percusión de madera que la RAE nos define como una “rueda de tablas fijas en forma de aspa, entre las que cuelgan mazos que al girar ella producen ruido grande y desapacible”. En Semana Santa substituye a las campanas calladas por el luto de la muerte de Cristo.

Situada en el campanario de la iglesia, la matraca de Pastrana es la única que existe en estado de funcionamiento en toda la provincia de Guadalajara y de las pocas que quedan en España.

Nos acompaña desde la tarde del Jueves Santo hasta el Sábado Santo cuando se canta el “Gloria” en la Vigilia Pascual, marcando todos los eventos de este periodo: la procesión, la Hora Santa y los oficios del Viernes Santo.

Enlaces de interés: para escuchar nuestra matraca/carraca.

https://www.facebook.com/FestivalDucalPastrana/videos/778631882148590/

https://youtu.be/uTJ3XdSSP3w

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